¿Vale la pena una reforma?
En España, solo 4 de cada 100 viviendas se han reformado en el último año según la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción. Aun así, de los 18.229 millones de euros que movió el mercado de la construcción en España el año pasado, las reformas de viviendas de segunda mano representaron unos 3.112 millones de euros, un 52% más que en 2010. Y, para el año que viene, se calcula que cada familia gastará un promedio de 874 euros por este concepto.
Una buena reforma puede suponer una revaloración de tu vivienda de hasta un 20%. Teniendo en cuenta que una reforma integral de una vivienda de 3 habitaciones puede suponer una inversión de 50.000 euros, y que una vivienda en mal estado puede gravar en hasta un 25% de su valor, estamos ante una inversión rentable más que frente a un gasto.
“Una reforma a fondo, sobre todo en las instalaciones, repercutirá positivamente en la factura energética.”
– José María Ezquiaga, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
En nuestra opinión, una reforma debería abarcar primero los elementos básicos de la envolvente e instalaciones, todas ellas primordiales para un nivel de confort adecuado; carpinterías exteriores, instalaciones eléctricas y de fontanería, aislamientos, etc. Y en un segundo plano los acabados interiores, que repercuten en el aspecto estético de la vivienda; pinturas, revestimientos, carpinterías de madera…
Aislamiento térmico y acústico
“Un buen aislamiento constituye ya de por sí un enorme ahorro de energía, tanto en invierno como en verano”, porque hace disminuir el consumo de calefacción y aire acondicionado, añade este arquitecto. Una casa rehabilitada térmicamente reduce estos consumos hasta en un 90%, según la plataforma de edificación Passivhaus. Y todas las empresas del sector coinciden en que una vivienda eficiente desde el punto de vista energético tiene una clara ventaja competitiva en el mercado.
El equilibrio optimo entre la temperatura externa y la del interior de la vivienda —no debería haber más de 15 o 20 grados de diferencia, subrayan los expertos— se logra no solo a través de una renovación de los sistemas de calefacción y refrigeración para ganar en eficiencia, sino también por invertir en sistemas de aislamiento térmico en fachadas, suelos y muros, que son las principales vías de escape del calor (hasta el 60% de la energía se va por aquí) y por las que entra el frío.
“Hasta un 60% de a energía se escapa por fachadas, suelos y muros.”
– Sandra Baraño, directora técnica de Cuida tu Casa
Otro tipo de aislamiento necesario es el acústico. Lograr que todo tipo de ruido —tanto el que se produce en la calle como el que proviene de otros pisos— se quede fuera de la vivienda será una buena baza para añadir valor a una vivienda. Sin embrago, para que esta reforma acústica sea completa, hay que identificar la procedencia de esos ruidos, pues no se aíslan igual los aéreos que los de impacto.
Adapta tu distribución
Al acometer una reforma, es muy importante reparar en “las necesidades que se tendrán en el futuro”, según Ezquiaga. “Los niños van a crecer y pasarán bastante tiempo en casa para estudiar, así que deberán tener zonas de aislamiento confortables, con buena iluminación y ventilación”. Ya que trabajar desde casa es cada vez más una realidad, se habilitarán también cuartos compatibles con las actividades que ejercen los miembros del hogar.
Los consejos de un buen arquitecto, en palabras de Ezquiaga, permitirán buscar soluciones flexibles, para que la vivienda se utilice de forma eficiente tanto de día como de noche y durante toda la semana, ya que hay que entender que el uso de una casa es distinto en cada momento